SEVILLA (De un enviado especial).- Rafael Nadal no quiso esperar mucho para derribar la pequeña esperanza que guardaba la Argentina en el primer punto de la final de la Copa Davis: enseguida, en el tercer game, consiguió quebrar el servicio de Juan Mónaco; a partir de allí, impuso una hegemonía en el polvo de ladrillo de La Cartuja para adelantar a España 1 a 0 en la serie ante el conjunto de Tito Vázquez, con un inapelable triunfo 6-1, 6-1 y 6-2.
Quedará, así, en manos de Juan Martín del Potro la responsabilidad de igualar la eliminatoria ante David Ferrer, otro especialista sobre arcilla y reciente semifinalista del Masters. Una dura empresa para la Torre de Tandil como visitante.
Sólo en el game inicial, en el que tardó un poco en entrar en juego, Rafael Nadal le dio un pequeño respiro a Juan Mónaco en la apertura de la final. El N°1 de España jugó a su más alto nivel y se movió por el polvo de ladrillo como ninguno: domó a Pico con su zurda implacable y, desde el fondo de la cancha, comandó las acciones. A un lado, al otro, con top o con slice. De drive o de revés; no hubo sector de la cancha donde el mallorquín mostrara alguna debilidad, pese al esfuerzo del tandilense.
Con esa mirada asesina y postura de ganador nato que lo distinguen, Nadal tuvo a Mónaco a su merced, como lo hizo en infinidad de ocasiones ante todos los rivales cuando juega en esa superficie que conoce más que nadie. En este contexto, poco pudo hacer Pico, pese a buscar la iniciativa e intentar abrirlo a Rafa con ángulos o en paralelo. Pero fue tan efectiva la defensa de Nadal, que zanjó una diferencia abismal entre ambos: en todo el partido, ni un break-point le arrancó el tandilense al imbatible Rafa. En 2h26m, volvió a cosechar otro triunfo jugando por la Ensaladera de Plata, que ganó ya en tres ocasiones y en la cual sólo cayó en su debut, en 2004, sobre carpeta. Su récord es de 19-1 (15-0 sobre polvo de ladrillo).
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