viernes, febrero 24, 2012

Nalbandian le dio una clase de tenis a Mónaco


El Buenos Aires, cancha llena, más de 5000 espectadores en la tribuna, duelo entre argentinos. Condimentos ideales para motivar a cualquier jugador. Con más razón a David Nalbandian, que suele hallar en este tipo de compromisos ese plus que lo distingue como un jugador diferente. A los 30 años, el unquillense puede estar acosado por alguna dolencia, pero mantiene la calidad y la jerarquía. Y, sin problemas físicos de por medio, nada le impide brillar en toda su dimensión. Como lo hizo anoche, en una lección del mejor tenis. 
Le tocó sufrirlo a Juan Mónaco. Pico, que venía jugando bien, y con confianza, lo intentó todo, pero no encontró la vuelta. Categórico, Nalbandian se impuso por 6-3 y 6-1, en casi una hora y media de acción, y se medirá en los cuartos de final de la Copa Claro con Carlos Berlocq, cruce que asegura un semifinalista de nuestro país. Federico Delbonis no pudo ante el español Nicolás Almagro, defensor del título, quien se impuso 6-3 y 6-2 en el cierre de la segunda rueda. 
Por primera vez en la semana, el court central lució repleto, como en las grandes jornadas. Ante un adversario conocido, cargado de confianza, Nalbandian salió a pegar de entrada, decidido a marcar diferencias. Preciso en la devolución, aprovechó su primera ocasión para quebrar; escapó de un intento de recuperación de Pico y empezó a sacar ventajas en el juego; incluso en los peloteos largos, en los que Mónaco intentó, pero siempre se encontró con una respuesta mejor del otro lado. Ni siquiera se desconcentró con un game que se le fue de las manos (4-1 y 0-40 con el saque del tandilense), y con otro quiebre, en el noveno game, cerró el primer capítulo. Firme y consistente, volvió a tomar distancias de inmediato, con un break para ponerse 2-0 en el segundo parcial. Si el público aguardaba un partido parejo, las esperanzas comenzaron a apagarse allí, en la seguridad con la que Nalbandian atenazó el encuentro. En su búsqueda de una salida, Mónaco se enredó entre errores no forzados y decisiones equívocas. Entonces apareció el reconocimiento: "Gracias por la magia, rey", se escuchó desde la tribuna, con los aplausos para el unquillense. Y el encuentro más esperado hasta aquí en la Copa Claro terminó con un éxito contundente. "Jugar contra Nalbandian es especial; sabés que se pueden dar este tipo de partidos y de resultados, porque si él está bien físicamente, es un rival durísimo", asumió Mónaco. 
En medio de la ovación que saludó su éxito, Nalbandian expresó: "Fue un muy buen partido, con mucha intensidad, cometí pocos errores y me favoreció estar siempre arriba en el resultado para soltarme y sentirme cada vez mejor. Pico no tuvo su mejor día y me tocó ganar a mí; lamentablemente, nos tocó enfrentarnos ahora y no en una semifinal o una final, pero éste es un torneo muy duro, con jugadores de renombre, y estoy contento por estar en carrera otra vez y sintiéndome bastante bien". 
El cordobés se enfrentará por tercera vez con Berlocq (2-0 el historial para el unquillense), hoy, en el último turno de los cuartos de final; ahora, ante un rival en pleno ascenso, con la idea de demostrar, una vez más, por qué su tenis puede iluminar las noches del Buenos Aires. 
Tres símbolos de Boca presenciaron el encuentro entre Nalbandian y Mónaco: en las tribunas estuvieron Rolando Schiavi, Sebastián Battaglia y Agustín Orion.Finalmente no asistió Juan Román Riquelme, que había recibido de parte de Nalbandian (hincha de River) una camiseta firmada en Bamberg, durante la primera rueda de la Copa Davis ante Alemania. Ricardo Darín y Gastón Gaudio, otros espectadores de lujo. 

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